domingo, 14 de abril de 2019
96 Perseo, la espada del trueno
Según la versión del Pseudo-Apolodoro y la de Pausanias, un oráculo había anunciado a Acrisio, rey de Argos, que moriría a manos de su propio nieto. Para evitarlo, Acrisio hizo encerrar a su hija Dánae en una torre de bronce (o en una cámara subterránea de ese material) para impedir que tuviera trato con ningún varón. Sin embargo, el rey de los dioses, Zeus, se transformó en una lluvia de oro que cayó en Dánae desde el techo y la dejó embarazada. Pero hay otra tradición, que recoge Ovidio en sus Metamorfosis, que decía que había sido Preto, hermano de Acrisio, quien había seducido a Dánae. En cualquier caso, la princesa concibió a Perseo. Al enterarse Acrisio, no creyendo divino el nacimiento del niño, lo arrojó con Dánae al mar en un cofre de madera. El mar fue calmado por Poseidón a petición de Zeus, y la madre y el hijo sobrevivieron y alcanzaron la costa de la isla de Serifos. En esa isla gobernaba el rey Polidectes, y su hermano Dictis recogió a la mujer y al niño, al que criaría como si fuera su hijo.
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