Napoleón I Bonaparte (Ajaccio, Isla de Córcega, Francia; 15 de agosto de 1769 - Santa Elena, Gran Bretaña; 5 de mayo de 1821) fue un militar y gobernante francés, general republicano durante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe de Estado del 18 de brumario que lo convirtió en primer cónsul (Premier Cónsul) de la República el 11 de noviembre de 1799; cónsul vitalicio desde el 2 de agosto de 1802 hasta su proclamación como emperador de los franceses (Empereur des Français) el 18 de mayo de 1804, y fue coronado el 2 de diciembre; proclamado rey de Italia el 18 de marzo de 1805 y coronado el 26 de mayo. Ostentó ambos títulos hasta el 11 de abril de 1814 y, desde el 20 de marzo hasta el 22 de junio de 1815.
Durante poco más de una década, tomó el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas. Solo tras su derrota en la batalla de las Naciones, cerca de Leipzig, en octubre de 1813, se vio obligado a abdicar meses más tarde. Regresó a Francia y al poder durante el periodo llamado los Cien Días y fue derrotado para siempre en la batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815, cuando fue desterrado por los británicos en la isla de Santa Elena, donde falleció.
Napoleón es considerado uno de los mayores genios militares de la historia, ya que comandó campañas bélicas muy exitosas, aunque con ciertas derrotas igual de estrepitosas. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa, en las que involucró a un número de soldados jamás visto en los ejércitos de la época. Además de estas proezas bélicas, se le conoce por el Código Napoleónico; es considerado por algunos un «déspota ilustrado» debido a su extraordinario talento y capacidad de trabajo. Otros, sin embargo, lo estiman un dictador tiránico cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas.
Se le juzga como el personaje clave que marcó el inicio del siglo XIX y la posterior evolución de la Europa contemporánea.
Sus soldados lo llamaban el Pequeño Cabo (le Petit Caporal), en tanto que los británicos se referían a él con el despectivo Boneyy las monarquías europeas como el tirano Bonaparte, el Ogro de Ajaccio o el Usurpador Universal.
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